lunes, 25 de febrero de 2013

APRENDIZAJE SOBRE UNA FEMINISTA EN MARCHA



Quienes tenemos  el vivo interés en los estudios de género,  podemos identificar a la Doctora Marcela Lagarde como  un referente acerca de la teorización alrededor de lo que implica este término : la sociedad adscribe roles y funciones a los seres humanos de acuerdo al sexo de su nacimiento. A partir de este concepto básico se desprenden muchas conexiones y adhesiones acerca de lo socialmente admitido, los imaginarios, las posturas y las acciones que se toman al respecto.

En mi desarrollo como antropóloga tuve la grata obligación de leer una de sus textos más  importantes: “ Los  cautiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas  y locas”(1997) donde realiza un análisis de la identidad de la mujer en estos diversos ámbitos y el poder que puede desarrollar desde estas posiciones subalternas. Así como este texto hay muchas reflexiones expresadas por ella  y concretizadas en más de 100 artículos.

Además del papel intelectual, la función política no le  fue ajena, hay que notar  su papel de feminista “tradicional” ( si se puede acordar su contraparte) activa y de  lucha, debido a que fue diputada federal por el PDR ( Partido de la Revolución Democrática) y su  principal logro fue la primera investigación sobre violencia feminicida en  México.

A inicios de este año  Marcela Lagarde dictó una conferencia magistral en el Paraninfo de la Universidad de  Guadalajara-México, titulado: “Aprendizaje de una feminista sobre la política, el poder y el Estado”. Tengo que decir que fue una experiencia muy satisfactoria, llena de reflexiones y memorias de una antropóloga latinoamericana que  se presentaba ante un auditorio  compuesto por su mayoría de mujeres, con los murales de  José  Clemente Orozco en su cabecera  que llevan el título de “ EL pueblo y sus falsos líderes”.

Esa noche se habló de qué es ser una feminista, desde la posición de alguien que había visto los inicios de esta lucha en México. Ella expresó  que el feminismo es la reflexión de  quien no encaja en el mundo, resistentes y disidentes a aquello que se ve y no se puede cambiar. Es mirar qué es lo oculto y cuál es el engaño patriarcal. Significa criticar a la utopía moderna desde el sujeto excluido de la modernidad.

A través de su casi soliloquio se pudo ver un proceso  por la búsqueda de derechos para las mujeres. Cuestiones básicas que hoy ya ni  nos preguntamos, porque simplemente creemos  que siempre fue así como el voto, la oportunidad de poder elegir a nuestros representantes, la igualdad ante la ley y los derechos reproductivos. Construir esa igualdad ha sido  y es complicado cuando aún existe desigualdad.
Considerándose como persona de la tercera edad, Marcela Lagarde expuso esa noche un recorrido quijotesco en   el México machista y patriarcal  de hoy y más intenso en el pasado, según sus memorias. “Los años pesan”, especialmente para una vida de militancia.

Creo que las cuestiones básicas en lo referente al género, lo cotidiano, las posturas y acciones no se alejan demasiado entre la sociedad peruana y mexicana. De repente juega el factor de prejuicio sobre un México machista para intensificar más esa diferencia, pero en el fondo no creo que sea tanta. Hay mucho camino por recorren, organizaciones  peruanas de mujeres que tienen mucha trayectoria pero  no cuentan con una presencia muy activa en la sociedad. Me viene la memoria la ciudad de La Paz, me acuerdo de las “Mujeres Creando” con su radio Deseo  y sus graffitis colocados en las principales calles del centro: “Eva no salió de la costilla de Evo”.

Esa noche, Marcela Lagarde  transformó su soliloquio en una  ovación muy prolongada cuando dijo:” La política del Vaticano ha causado en mi país más daño a las mujeres que el narco.”